Santo
Domingo. El cantante británico Roger Hodgson, en el marco de “Breakfast
in América Tour”’ exhibió en su primera parada en la República
Dominicana su química musical. Un viaje al pasado con un repertorio
hecho a la medida como sólo el ex vocalista de Supertramp sabe lograr,
quien con sabiduría y humildad, logra transmitir con más de 60 años
poder seguir cantando como si el tiempo nunca hubiera pasado por sus
cuerdas vocales.
El Teatro La Fiesta del hotel Jaragua sencillamente decorado con unos
árboles pequeños, una sala repleta con múltiples personalidades del
medio artístico, político y empresarial dominicano, recibió bajo un
clima íntimo el talento innegable de un cantante y compositor que desde
el primer instante de escuchar sus canciones, su voz es tan
inconfundible como el sonido de los teclados de sus mayores éxitos
musicales.
Un recital con sonido e iluminación impecable y un cantante que dejó
tras cada canción un viaje por su vida. Hodgson recorrió su repertorio
como solista y, sobre todo, los grandes éxitos de Supertramp, banda de
la que fue miembro fundador.
“Breakfast in América”, “The logical song”, “School”, “In jeopady”,
“Death and a zoo”, “Dreamer”, “It’s raining again”, “Take the long way
home”, “Give a Little big”, “Fool’s overture” y “Along came Mary”,
entre otras, fueron coreadas y exaltadas por el variopinto público
apostado la noche del viernes en el Teatro La Fiesta del hotel Jaragua.
En el escenario hubo dos teclados (uno de Hodgson, que además de ello
tocó piano de cola y una guitarra), el secundario de Kevin Adamson,
mientras que al mando de los vientos y las panderetas estaba el músico
Aaron Macdonal, en la batería, Bryan Head y en el bajo David Carpenter.
No hay dudas de que estar frente a Roger Hodgson y su banda, es
vivir una experiencia única musicalmente hablando. Él es el reflejo de
un músico íntegro y completo a carta cabal.
Dejando a los presentes sin aliento y con la gran satisfacción de
recordar, vivir y entrar a una especie de máquina del tiempo, Hodgson se
despidió del país desprendiendo esa magia característica que sólo un
artista puede desgarrar en un escenario.